Las manchas profundas del manto de la Tierra revelan pistas sobre el origen del planeta

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En lo profundo de la Tierra, dos enormes y misteriosas estructuras en el manto pueden contener pistas vitales sobre cómo se formó nuestro planeta y por qué se volvió habitable. Estos “charcos de lava” del tamaño de un continente, ubicados a casi 1.800 millas debajo de la superficie, desafían los modelos actuales de formación planetaria.

Las Estructuras Enigmáticas

Los científicos identificaron por primera vez estas regiones inusuales, conocidas como grandes provincias de baja velocidad de corte y zonas de velocidad ultrabaja, analizando cómo las ondas sísmicas viajan a través de la Tierra. Las ondas disminuyen drásticamente a medida que pasan por estas áreas, lo que sugiere una composición química única que difiere de la roca del manto circundante.

El geodinámico Yoshinori Miyazaki, quien dirigió la investigación, enfatizó la importancia: “Estas no son rarezas aleatorias; son huellas dactilares de la historia más temprana de la Tierra”. Comprender su origen podría desbloquear ideas clave sobre la evolución del planeta.

La hipótesis del océano de magma basal

La Tierra primitiva alguna vez fue un océano de magma fundido. A medida que se enfrió, el manto debería haberse estratificado en distintas capas. Sin embargo, la existencia de estas estructuras masivas y amorfas sugiere que ocurrió algo más.

La nueva investigación propone que el silicio y el magnesio pueden haberse filtrado desde el núcleo de la Tierra hacia el manto durante sus primeras etapas. Esta mezcla química habría dado lugar a un enfriamiento desigual, formando estructuras anómalas como restos de un antiguo “océano de magma basal”.

Implicaciones para la habitabilidad planetaria

Estas interacciones entre el núcleo y el manto probablemente influyeron en el enfriamiento, la actividad volcánica y el desarrollo atmosférico de la Tierra. Si las estructuras se originaron a partir de este proceso, podría explicar por qué nuestro planeta desarrolló las condiciones necesarias para sustentar la vida.

Como explicó el coautor del estudio, Jie Deng, “La idea de que el manto profundo aún podría contener la memoria química de las primeras interacciones entre el núcleo y el manto abre nuevas formas de comprender la evolución única de la Tierra”.

Los hallazgos, publicados en Nature Geoscience, destacan cómo combinar la ciencia planetaria, la geodinámica y la física mineral es esencial para desentrañar los misterios más profundos del planeta. Comprender estas estructuras proporciona una ventana a la historia más temprana de la Tierra y por qué se convirtió en el mundo habitable que conocemos hoy.

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