Imagine un futuro en el que los vientos helados ya no paralicen el transporte ni necesiten ríos de anticongelante. Una novedosa tecnología de deshielo que utiliza electricidad estática promete descongelar superficies congeladas de manera eficiente y sostenible, revolucionando potencialmente todo, desde las ventanillas de los automóviles hasta las alas de los aviones.
Investigadores de Virginia Tech, dirigidos por Jonathan Boreyko, han descubierto que la escarcha desarrolla naturalmente una carga a medida que se forma. Este campo eléctrico se puede amplificar aplicando una carga de alto voltaje utilizando un electrodo de cobre suspendido sobre la superficie esmerilada. Este efecto “turbo” atrae y elimina eficazmente los cristales de hielo de la escarcha.
El avance se basa en hallazgos fortuitos anteriores en los que los investigadores notaron que las películas de agua cargadas naturalmente cerca de la formación de escarcha podrían, a su vez, levantar pequeños cristales de hielo. Sin embargo, este enfoque inicial apenas se notó en términos de eliminación general de la escarcha. El nuevo sistema sube significativamente la apuesta.
En pruebas de laboratorio, el electrodo de alto voltaje eliminó con éxito la mitad de la escarcha en sólo 10 a 15 minutos, y la eficiencia alcanzó un notable 75% cuando se aplicó a superficies que repelen el agua. Lograr esta impresionante reducción de las heladas requirió una carga eléctrica de alrededor de 550 voltios, considerablemente más que la electricidad doméstica típica.
A pesar del voltaje aparentemente alto, el sistema funciona con una corriente mínima, lo que lo hace sorprendentemente seguro. Boreyko compara la sensación de tocar accidentalmente el electrodo con una breve sacudida de la cerca eléctrica de una granja. Esta corriente mínima también se traduce en importantes ahorros de energía, ya que requiere menos de la mitad de la energía necesaria para calentar y derretir directamente la escarcha.
Este enfoque ecológico cuenta con aplicaciones impresionantes más allá de los parabrisas individuales de los automóviles.
La industria de la aviación, conocida por su enorme consumo de anticongelante durante los procedimientos de deshielo, podría beneficiarse enormemente de esta tecnología. En lugar de rociar las alas de los aviones con cientos de litros de fluidos nocivos para el medio ambiente, los aeropuertos podrían utilizar “varitas eléctricas” portátiles para eliminar eficientemente el hielo y la nieve de las superficies de los aviones simplemente agitando el electrodo de alto voltaje sobre ellas.
Boreyko imagina un futuro en el que este innovador sistema de deshielo se convierta en algo común, reduciendo significativamente la dependencia de métodos de calefacción que consumen mucha energía y minimizando la huella ambiental del uso de anticongelante en el transporte.
