Un nuevo estudio pinta un panorama sombrío: los cambios en las regiones polares de la Tierra, que a menudo se pasan por alto en los debates sobre el cambio climático, plantean una amenaza grave y creciente para la salud mundial.
Si bien el derretimiento de los casquetes polares y el aumento del nivel del mar acaparan los titulares, esta investigación destaca la red interconectada de impactos que desencadenan estos cambios, que se extienden mucho más allá del Ártico y la Antártida y afectan el bienestar humano en todo el mundo. Publicado en Ambio, el estudio, dirigido por la profesora Gail Whiteman de la Escuela de Negocios de la Universidad de Exeter, mapea meticulosamente la compleja relación entre los cambios polares y las consecuencias para la salud global.
¿La conclusión clave? Los modelos actuales subestiman el alcance total de estos impactos. No tienen en cuenta plenamente los efectos en cascada en todo, desde la seguridad alimentaria hasta el bienestar mental.
Más allá de la congelación: cómo el calentamiento polar afecta la salud
El estudio revela una preocupante reacción en cadena impulsada por el calentamiento polar, que ocurre al doble de la velocidad de las temperaturas promedio globales:
- Latigazo climático: Se predice que el debilitamiento de las corrientes en chorro y las perturbaciones de las corrientes oceánicas alimentadas por el derretimiento del hielo desencadenarán fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes e intensos. Esto se traduce en un aumento de lesiones, muertes y problemas de salud mental en todo el mundo.
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El Niño con esteroides: Un Ártico estacionalmente libre de hielo podría amplificar los episodios de El Niño, provocando olas de calor más severas, particularmente en las regiones tropicales. Esto intensifica las amenazas existentes de insolación y enfermedades respiratorias.
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Propagación de enfermedades y contaminación: El aumento del nivel del mar provocado por el derretimiento de las capas de hielo aumenta el riesgo de intrusión de agua salada en fuentes de agua dulce. Esto puede contaminar el agua potable, lo que podría provocar un aumento de la preeclampsia durante el embarazo, la mortalidad infantil y varios tipos de cáncer.
- Seguridad alimentaria bajo fuego: El calentamiento polar altera los patrones climáticos globales cruciales para la agricultura. Los cambios en las precipitaciones y la temperatura pueden provocar una reducción del rendimiento de los cultivos, lo que desencadenaría enfermedades relacionadas con la desnutrición en todo el mundo.
Peligro ártico: amenazas únicas en un mundo en calentamiento
El propio Ártico se enfrenta a peligros únicos:
- Patógenos emergentes: El derretimiento del permafrost libera patógenos antiguos atrapados durante siglos, lo que potencialmente desencadena nuevos brotes de enfermedades como el virus de la influenza de 1918.
- Tensión de infraestructura y contaminación: El deshielo del permafrost socava la infraestructura y expone contaminantes que han estado latentes durante mucho tiempo. Esto puede contaminar el aire y las fuentes de agua, lo que afecta aún más la salud.
Las fuentes tradicionales de alimentos en el Ártico también se ven amenazadas por los cambios en los ecosistemas oceánicos, lo que aumenta las tasas de desnutrición y aumenta los problemas de salud existentes, como insuficiencia renal y enfermedades cardiovasculares, en las comunidades vulnerables del Ártico que ya luchan con un acceso limitado a la atención médica.
Un llamado mundial a la acción: reconocer los impactos en la salud polar
El estudio enfatiza la urgente necesidad de integrar estos riesgos amplificados para la salud en la planificación de políticas de salud global. El profesor Whiteman subraya que ignorar las posibles consecuencias del cambio polar ya no es una opción. Pide una colaboración internacional fortalecida entre científicos del clima, profesionales de la salud y expertos en datos para mitigar estas amenazas de manera efectiva.
El mensaje es claro: el destino de la salud mundial está entrelazado con la salud de las regiones más vulnerables de nuestro planeta: los polos. Abordar esta crisis interconectada requiere acción inmediata y cooperación global.
