Sueño profundo: un arma potencial contra el Alzheimer

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Una nueva investigación sugiere que dormir lo suficiente podría ser un arma vital en la lucha contra la enfermedad de Alzheimer, la forma más común de demencia. Si bien se necesitan estudios más extensos, los hallazgos ofrecen esperanza y resaltan la importancia de priorizar un sueño de calidad a medida que envejecemos.

El estudio, realizado por investigadores de UC Berkeley, Stanford University y UC Irvine, se centró en 62 adultos mayores que estaban cognitivamente sanos pero presentaban cambios cerebrales a menudo asociados con la enfermedad de Alzheimer. Estos cambios generalmente implican la acumulación de proteínas beta amiloides en el cerebro, un sello distintivo de la afección.

Sorprendentemente, independientemente de su nivel educativo o actividad física (dos factores que se sabe que contribuyen a la salud cognitiva en la vejez), los participantes que durmieron más profundamente obtuvieron resultados significativamente mejores en las pruebas de memoria. Este efecto positivo no se observó en aquellos con depósitos mínimos de beta amiloide. En esencia, aquellos con cambios cerebrales relacionados con el Alzheimer parecieron beneficiarse más de un sueño profundo y prolongado.

“Piense en el sueño profundo casi como una balsa salvavidas que mantiene la memoria a flote”, explica el neurocientífico de la Universidad de California en Berkeley, Matthew Walker. “Esto es especialmente emocionante porque podemos hacer algo al respecto. Hay maneras de mejorar el sueño, incluso en los adultos mayores”.

Esta no es la primera vez que se encuentra un vínculo entre el sueño y la enfermedad de Alzheimer. Investigaciones anteriores han demostrado que los patrones de sueño alterados pueden aumentar la acumulación de beta amiloide en el cerebro. Sin embargo, determinar una relación clara de causa y efecto es complejo porque la falta de sueño también puede ser un síntoma de la enfermedad.

Cómo el sueño profundo podría proteger la salud del cerebro

El enfoque del estudio en el sueño de ondas lentas con movimientos oculares no rápidos (sueño profundo) arroja luz sobre esta intrincada relación. Sugiere que el sueño profundo podría ofrecer una ventana crucial para que el cerebro elimine los productos de desecho como la beta amiloide que se acumulan durante el día, previniendo sus efectos perjudiciales sobre la función cognitiva.

Es importante destacar que el equipo de Walker descubrió que incluso con niveles altos de proteínas beta amiloides, las personas que experimentaban un buen sueño profundo parecían escapar del deterioro de la memoria a menudo asociado con la progresión de la enfermedad de Alzheimer. Esto sugiere un efecto protector que ofrece un sueño profundo suficiente.

Calidad del sueño sobre cantidad: por qué es importante

Curiosamente, esta investigación también sugiere por qué simplemente depender de pastillas para dormir podría no ser tan efectivo como priorizar hábitos de sueño saludables. Algunos estudios han demostrado que quienes usan medicamentos para dormir pueden en realidad tener niveles más bajos de beta amiloide en el líquido cefalorraquídeo. Sin embargo, estos medicamentos a menudo provocan un sueño menos profundo y pueden tener efectos secundarios indeseables.

“Uno de esos factores es el sueño, y específicamente el sueño profundo”, dice la coautora del estudio Zsófia Zavecz, enfatizando los cambios en el estilo de vida por encima de la medicación. “Con un cierto nivel de patología cerebral, no estás destinado a sufrir síntomas cognitivos o problemas de memoria”.

Zavecz recomienda adoptar prácticas como evitar la cafeína al final del día, incorporar ejercicio regular, limitar el tiempo frente a la pantalla antes de acostarse y tomar una ducha tibia para promover un sueño reparador.

Si bien es esencial realizar más investigaciones, este estudio ofrece evidencia alentadora de que priorizar el sueño profundo podría ser un paso poderoso y viable para mitigar el riesgo de enfermedad de Alzheimer y preservar la salud cognitiva a medida que envejecemos.

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